ShaskaX

miércoles, febrero 21, 2007

V/S


La revelación ocurrió en uno de mis días favoritos. No porque se celebrara algo especial, si no porque simplemente se unían detalles tan significativos para mí. El cielo color púrpura, por ejemplo. Manchado de nubes tan apetitosas para mí, de esas que te invitan a lanzarte sobre el césped y contemplarlas... definitivamente muy vanidosas. Las que te regalan un pasaje para viajar con ellas y sentirte tan liviano como una pluma. La vereda hacia la esquina mojada por alguna manguera que en contraste con el cielo me recordaban otoños, primaveras e inviernos polares y escolares.
Soy un atleta de categoría y lo digo humildemente. No de esos que corren 200 mts. y que alguna vez me hicieron vomitar, si no que de partidas de mucho más nivel. Tantas carreras corridas pero no sé si ganadas. La única convicción era la de llegar a la meta, saltando las rejas. Una convicción que a su vez era mi certeza y mi aliento: Mi botella de agua mineral recargada con oxígeno, probablemente. Pero ¿por qué correr tanto, atavesar la meta y sentirse tan poco satisfecho? No habría otra respuesta más que quizás el haber corrido mal y en el sentido contrario. Analistas han informado que las carreras contra uno son imposibles de ganar pero que si ya se inician los torneos con esa conciencia de base, la pista luce mucho más despejada. Seamos optimistas. Los circuitos internacionales me esperan.

Foto de: http://www.flickr.com/photos/rchoucroun/359150740/