Despiértame cuando Septiembre termine.
Debo reconocer que Septiembre me da miedo y me entristeze. Septiembre llena a nuestro país de banderas tricolor por todas partes, de ramadas, de chicha, de empanadas, de guirnaldas, de cuecas, de colores... de felicidad. Pero también es cierto que Septiembre es una burlona paradoja: es colorido pero a la vez muy negro. No voy a entrar a analizar ni recordar los hechos que han ocurrido en tantos Septiembre de tantos años. Sólo quiero plantear mi temor y mi impotencia de que por más que pasan y pasan los años, y la tecnología aumenta, y los indíces económicos crecen y a todos se nos hace agua la boca por la plata la humanidad entendedida como valor cada día se empobrece más. Realmente es algo que no puedo explicar con palabras, es algo que me paraliza y me aterroriza ver como el hombre cada día se vuelve más intolerante con los suyos y el medio ambiente. Yo de verdad no sé como visualizar el mundo en si quiera un par de años. De verdad entiendo que el camino de las próximas generaciones y de los jóvenes va a ser arduo y espero que todos desde la arista que nos toque luchemos porque el mundo sea un espacio más justo en donde la tolerancia prime por sobretodo. Sé que a lo mejor sueno muy cliché, muy utópico pero es algo tan fácil... es algo de que si todos ponemos esfuerzo por hacer el bien todo sería tan distinto, tan diferente. Yo creo que el hombre por natural es un ser bueno... pero ayer realmente no entendía cuando en los noticiarios recordaban el atentado al WTC el 11 de Septiembre del 2001, el golpe de estado de nuestro país el 11 de Septiembre de 1973 y así tantos ejemplos no tan sólo en Septiembre.
Ya, eso... necesitaba desahogarme.
Ya, eso... necesitaba desahogarme.