ShaskaX

miércoles, enero 24, 2007

Mi obra de arte... en el día cero


... Y es que era el mejor de mis cuadros. Sin duda, la mejor creación. La obra de arte que probablemente aumentaría considerablemente mi prestigio, la mejor de mis cartas de presentación, un referente que sería imposible de criticar por el "mundo especializado". Y justamente por eso, era la invitación a los infiernos, el golpe en el abdómen que me quitaba la respiración, que me dejaba morado tirado en el piso. Pero ¿qué importaba? La decisión siempre había sido mía (la libertad...).
Sólo dos colores y los flashes que me cegaban. Tan simple y tan básico: blanco y negro. O negro y blanco, como lo prefieran. El yin y el yan. Esos dos colores jugando a querer ser uno, a amarse, a odiarse, a vivirse en toda la extensión de mi pared... el mejor de los espectaculos sólo para mí y por mí... sin pensar en las perspectivas.
Pero el día cero había arrojado colores. Manos imaginarias habían tomado los baldes con las pinturas más vivas para hacer de mi obra más hermosa. Mucho mas brillante y hasta matizada. Incluso, podría decirse que hasta más justa. No había que tener miedo de reconocerlo. La transformaban en algo que escapaba a mi imaginación y racionalidad...la falsificaban. Así que los pinceles se agudizaba más y se volvían a mojar con su esencia primitiva para dejar los bordes como en el principio... teñidos de blanco y negro.
Hay que cambiar el cassette, o mejor dicho revovinarlo (en ciertos tramos, sé que es medio complicado pero no imposible) y volver a presionar REC. Estamos grabando... ¡feliz día cero!